(Gal 1:10) Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Partiendo desde esta premisa la doctrina de la prosperidad esta haciendo precisamente todo lo opuesto a lo que el Espiritu Santo inspirando al Apostol Pablo nos enseña,ya que la base de esta doctrina que se escucha hoy desde los pulpitos es justamente ofrecerle a las personas lo que a ellas les agrada.
Predicaciones que exaltan el ego,el autoestima,la autorealizacion personal,etc son parte del menu que se ofrece al gusto del cliente. Un cliente que escucha lo que quiere,es un cliente que vuelve nuevamente por mas...asi estan las grandes masas,llenando mega-iglesias,corriendo detras de las añadiduras,afanandose por lo material,colocando sus miradas en lo terrenal,intercambiando dinero a cambio de bendiciones,usando a Dios como un medio para obtener cosas.
(Juan 6:26-27 )Respondió Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
Hoy el Señor encuentra el mismo cuadro de situacion,personas que lo llaman Señor,Señor,que dicen seguirlo,pero que en realidad van en busqueda de lo que el les puede dar,el pan y los peces
. Las reuniones hoy en las iglesias estan centradas en el hombre,en como obtener resultados para su vida,como solucionar sus problemas,como obtener mas dinero,realizar sus sueños y proyectos,etc.
La personas van por ellas,no por El...no van por adoracion,sino por solucion. Hoy las iglesias se parecen mas a una casa de cambio,que a un lugar de adoracion.
(Jeremías 7:11) ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice el Señor.PERO HAY MUCHOS QUE NO LO VEN (Isaías 42:18-20) Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver.¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo del Señor que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye?
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